Tras “el zoo”, llegó “Coast to Coast (Lovedrive, 1979)” un muy buen instrumental que los espectadores más veteranos disfrutaron con gusto, incluido yo.  “I’m Leaving You” es una gran canción del disco de la gira, que sufre del desconocimiento del público casual.

Mi sorpresa vino con “Crossfire”, canción muy bien hecha (es una marcha militar) que reivindica la situación de la guerra fría a mediados de los 80, en la misma, antes de comenzar, Klaus la introducía como eso, una reivindicación. El temazo que sucedió al otro temazo fue “Bad Boys Running Wild”, (que fue otra de esas del aniversario al igual que “Crossfire”) coreada por la gente. Muy buena canción donde las guitarras se lucen espectacularmente. Un instrumental “delicado” pero precioso fue “Delicate Dance”, que fue desconocido por mi a la vez que sorpresivo.

La tríada del “Crazy World” fue algo importante, ya que son canciones muy potentes en cuanto a popularidad. “Send Me an Angel” fue coreada y tocada de manera espléndida, “Tease Me Please Me” no tuvo tanto impacto, no obstante obtuvo lo suyo. Mi problema llega con “Wind of Change”, la cual es maravillosa y marcó mucho en su época, con una maravillosa historia tras ella, con Klaus en la Plaza Roja de Moscú etcétera, pero, ¿Por qué carajos han tocado la versión con la letra modificada hacia la guerra de Ucrania (si no recuerdo mal, publicada en 2020)?

Esa canción tiene un significado muy, muy potente y ¿vas y me lo cambias? Yo cantaba la original, me daba igual lo que cantase la desgastada voz de Klaus. Que esa es otra, una voz que daba poco, pero que daba algo, al menos.

Con “The Same Thrill” y con el gran solo del ex Motörhead, Mikkey Dee, “New Vision” gozó servidor y gran parte de la audiencia, sobretodo con el solo. Acercándonos al final, “Blackout” irrumpió de manera agresiva y los agudos los realizó Rudolf de muy buena manera. Las “noches en la gran ciudad” fueron coreadas con vigorosidad y, tras ello, los músicos se retiraron.

En el bis, la esperada “Still Loving You” fue ejectuada instrumentalmente hablando de forma perfecta y con mucha emotividad por parte de músicos y asistentes; las lágrimas corrían por las mejillas. “Rock You Like a Hurricane” cerró de manera espectacular la noche, que reafirmó una vez más que los Scorpions se merecen su estatus y, que bajo mi opinión, suenan mejor en directo que en estudio, a pesar de la voz del señor Meine.