Por la experiencia de muches compañeres he podido comprobar que los conservatorios pueden ser lugares difíciles y encorsetados donde no siempre es fácil encontrar tu sitio. En mi caso, he tenido mucha suerte con les profesores y compañeres que me han acompañado, y recuerdo los años de conservatorio como una etapa muy bonita, de mucho aprendizaje y mucha inspiración.

Me resulta difícil enumerar aspectos que me acompañan en mi carrera actual sin caer en clichés, creo que lo más valioso fue conocer a mis compañeres, tocar con elles, hablar con elles, divagar y fantasear sobre arte y música. Muchas de estas conversaciones, de esos ensayos y de esos momentos me siguen acompañando.

He tenido a muches profesores que han influido muy positivamente en mi desarrollo musical pero si tengo que nombrar a alguien sería a Àlex Garrobé y a Amandine Beyer.  Àlex fue mi profesor de guitarra durante dos años en el Conservatorio Superior de Zaragoza y sus clases son las más estimulantes que jamás he tenido, mucho de lo que soy como músico se lo debo a él. Amandine es una de las personas por las que me dedico a la música barroca, una fuente de inspiración continua. He tenido la suerte de tenerla como profesora en la Schola Cantorum y poder tenerla ahora como compañera de conciertos, grabaciones y tours es un sueño hecho realidad, aprendo de ella día a día.